jueves, 7 de abril de 2011

Mientras morimos

Voy en 84,5. Me alegra a sobremanera, pero por otro lado siento que falta tanto, que solo puedo sentirme deprimida. Creo que el martes toqué fondo cuando no sabía que ropa ponerme, porque me veía horrible en cualquiera, en todas, me veía redonda, gordísima, lo más horrendo del universo. Caminé con ganas de llorar, con una decepción conmigo misma. Ya no me amo como antes, ni me quiero ni me respeto. Creo que solamente me odio. Dicen que lo que importa es lo que adentro, pero perdón, nadie te mira por dentro, todos miran tu exterior.
Estoy con unos pseudocuadros paranóicos insoportables. Siento que todos me miran, que susurran, que hablan de mí, que comentan que me veo mal, que mi ropa apesta. No sé si es real o es un juego de mi mente, para castigarme de tal manera, que por fin pueda dejar de comer.

martes, 5 de abril de 2011

Ya voy en 85 y me siento un poco más motivada a continuar con ésto. Aún no puedo restringirme tanto las comidas, pero evito desayunar y cenar, así que creo, que para mí es un gran avance. Me siento tremendamente deprimida sin razón alguna, es como si algo sobre mí, hiciera que me hundiera. No quiero ir a clases, mis compañeros me cargan, la gente con la que solía compartir ya no me agrada, no sé. Es como si quisiera encerrarme para no salir nunca más de mi habitación.