Necesitaba comenzar todo de nuevo. Desde hoy, martes 11 de enero de 2011 me propongo muchas cosas, una de ellas (y la que nunca puedo lograr) bajar de peso.
En ocasiones me siento la persona más hermosa del universo, pero en otros soy lo más ínfimo con respecto a las demás chicas y chicos. Ya no aprendí a aceptarme y siento que solamente debo hacer una sola cosa: cambiar para aceptarme y eso haré.
Debo sacar fuerzas (no sé realmente de donde) pero cumplir mi deseo, ese que he tenido desde siempre, de adelgazar y desearme tanto como los demás pudieran llegar a desearme. Trabajaré por ello, debo empeñar mi sudor, lágrimas y sangre en ello. A veces pienso que soy joven y ésto es solo algo temporal, que mañana abriré los ojos y seré vieja, arrugada y mi belleza se habrá marchitado: en ese momento me puedo perdonar pesar harto, hoy no, que estoy en mi plenitud, en el momento máximo de mi vida, en el peak.
El otro día ví unas fotografías mías y me horroricé, de verdad. A veces uno se mira al espejo y simplemente se ve bien, considera que es delgada o no sé, linda, pero ves fotos y es como si no sé, salieras de tí para observarte y no hay atenuantes ni miradas compasivas o inclusive de conformismo. Pensé una sola cosa: HORROR. Sinceramente fue chocante y traumatizante.
Creo que desde hoy he decidido cambiar mi vida en 180° y debo tomar las riendas de mis propias decisiones. Al final del día: eres lo que comes.
Bienvenido al trauma de mi vida: mi peso.
Declaro 88 kilos el día de hoy.
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